Revisando un pozo abandonado en Ekmul, en donde también afirman que “espantan”.
Jorge Moreno/De Peso
TIXCOCOB, Yucatán.- Ekmul es una comisaría perteneciente al municipio de Tixkokob, y con poco más de 2 mil habitantes; sus calles están rodeadas de misterios, enigmas y leyendas, varias de las cuales nos fueron platicadas hace un tiempo por César Miam, quien radica en este lugar y es asiduo lector del periódico De Peso.
En primera instancia, entrevistamos al señor José Macario Durán Castro, quien fuera hace años comisario municipal de esa población y nos platicó que en ese entonces «descubrió» que al parecer un alux vive en su casa; éste es su relato:
«En ese entonces fueron a solicitarme el traslado de una persona enferma, su hijo fue a pedirlo a mi casa, y desde que me hablaba desde la calle, vio una silueta dentro; la veía por la ventana, pero en miniatura como si fuera alguien de unos 50 centímetros. El muchacho, pensando que era mi hijo, le decía:
-Ven acá, habla a tu papá.
«Pero no le hacía caso hasta que por tercera vez le dijo que me llame, pero fue cuando empezó a sentir un escalofrío y le dio miedo; entonces, regresó a su casa a decírselo a su familia.
«Cuando nos lo dijo a mí y a mis parientes también nos dio miedo; dicen que a lo mejor fue un duende o alux, esto ocurrió en septiembre del año pasado y fue algo muy extraño», mencionó.
También nos platicó sobre otro caso del cual aunque no fue protagonista del mismo si le llamó la atención:
«En mi primer mes de gestión como comisario llegó un circo, estuvieron instalados en la placita (el campo de sóftbol), y desde el segundo día en que se estaban ahí les empezaron a ocurrir cosas extrañas.
«Según me dijeron, vieron a lo que al parecer podría tratarse de la Xtabay; esto ocurrió cuando de pronto uno de los cirqueros esa noche vio a una mujer caminando por la parte de atrás del circo.
«Pensando que se trataba de una compañera que estaba trabajando en otro circo de una población cercana, se acercó para hablar con ella pero ya no la vio, desapareció, le dio un escalofrío, y su esposa que estaba con él le dijo que mejor lo dejara así porque podía ser algo malo.
La describió como una mujer de bata blanca, larga, con el cabello largo y la cara semioculta, lo que más le espantó es que no iba caminando sino flotando (o levitando) y desapareció cerca de la casa de una persona que le dicen «el brujo».
De hecho, una persona que entrevistamos poco después dijo que desde antes que los cirqueros llegaran ya habían reportes sobre la Xtabay, no sólo por el rumbo de la placita, sino también por el camino hacia Ruinas de Aké.
