Rugieron luego de cinco derrotas

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Los melenudos festejaron la victoria como si hubieran ganado un encuentro de playoffs. Abajo, Héctor Páez despidiéndose del béisbol profesional.

Rollo: William Sierra/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Un grito reprimido, que muchas veces se había ahogado ante repetitivas fallas, al fin se pudo escuchar en el Estadio Kukulcán Alamo, cuando Iván Araujo descargó un batazo que superó al jardinero Olmo Rosario para remolcar las carreras con que los Leones de Yucatán dejaron en el campo a los Piratas de Campeche, 2-1, poniendo fin a una racha de cinco descalabros.

Después de que en la séptima y octava, los reyes de la selva dejaron corredores en posición de anotar, en la novena al fin pudieron anotar. Diego Madero abrió con sencillo –era apenas el cuarto que bateaban-, Ricky Alvarez tocó de sacrificio, Yuniesky Betancourt fue dominado, pero la casa se llenó al recibir sendas transferencias  Humberto Sosa y Ricardo Serrano. Llegó Araujo, que a diferencia de varios de sus compañeros fue paciente en la caja de bateo, esperó el lanzamiento adecuado para dar doblete ante el derrotado José Márquez.

De un plumazo, toda la amargura que se había vivido en la noche se olvidó, con una afición que ansiaba la victoria al igual que los peloteros, que la celebraron como si hubiera sido la del campeonato. Llegó la victoria, pero habrá que mejorar aún mucho en esta última serie que comienza hoy ante los Tigres de Quintana Roo si se desea llegar lejos. Hay capacidad, todo es cuestión de que el bateo salga de su letargo.

“Esta victoria nos debe inyectar esa confianza que nos hacía falta”, comentó al final del juego el mánager Francisco Rodríguez, quien dio por segundo día consecutivo descanso a Juan Francisco y Esteban Quiroz.

Defensivamente hablando el “Elegante” Araujo igual se llevó las palmas. De espaldas y pegado a la barda atrapó un batazo de Paul León, que por un momento dio la impresión que se iría detrás de la barda, en la quinta entrada, y un capítulo más tarde, lo hizo en el central Leo Heras echándose un clavado al frente para atrapar un elevado corto de Fernando Flores con par de corredores en los senderos.

Sin ser un trabajo excelso, James Russell hizo lo que le correspondía. De hecho, en cada una de las siete entradas que lanzó se le embasaron, pero salvo en la segunda tanda, en que permitió el único registro a su cuenta, en varios pasajes apremiantes del juego se fajó los bombachos a base de ponches. En total anestesió a seis y no firmó ningún pasaporte.

De hecho, en la única anotación se conjugaron un par de situaciones, como el hecho de que después que Frank Díaz dio jit, Fernando Flores metió una rola fuerte a las paradas cortas, donde parecía que sería out forzado en la intermedia, pero Kevin Flores no se entendió con Diego Madero quedando todos quietos. Luego, el antesalista Ricardo Serrano trató de sacar al corredor en tercera, en toque de Maxwell León pero falló. Ya con el lunero repleto, Paul León dio una rola hacía las paradas cortas para remolcar la carrera.

Es más en las siguientes actos, los filibusteros no volvieron amenazar seriamente el pitcheo de Russell, a quien siguieron Jesús Barraza y el ganador Ronald Belisario, quienes retiraron en orden a un capítulo.

Alexis Portillo, quien no es precisamente un lanzador de estadísticas que espanten –llegó a este juego con .575 de efectividad-. Sin embargo, anoche hizo lo que quiso desde el centro del diamante, permitiendo sólo dos jits en seis entradas y un tercio, e incluso llegó a retirar a 16 bateadores en fila. Doble de Madero puso fin a ese dominio.

Emotiva despedida a Páez

Héctor Páez no pudo haber tenido una despedida como esta, con la franela de los Leones, una organización a la que aprecia, quiere y respeta, y contra los Piratas, donde llegó a jugar, y que anoche igual se sumaron a darle la despedida durante el homenaje que se le ofreció antes de arrancar la séptima entrada.

Ahora, a sus 39 años de edad, se dedicará a estudiar la licenciatura de Ciencias del Deporte, en la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Quizá le hubiera gustado bateando de jit, pero en los dos turnos que tuvo fue ponchado y elevó al izquierdo, aunque al final, vio ganar a su equipo.

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